La cuarta jornada de Almerijazz 2024 se anunciaba con el algo equívoco subtítulo de ‘Noche de jazz hecho en Andalucía’. Sin dejar de ser andaluces, porque lo son, lo más correcto habría sido especificar que la tarde-noche iba a estar dedicada casi en exclusiva al jazz hecho por almerienses. Eso sí, es un acierto que el festival ponga en valor a los artistas de la tierra dejándoles mostrar sus propuestas en los escenarios principales de la capital y no, como antaño era costumbre, en los circuitos locales previos al festival principal. Para ello, sin duda, es requisito primordial que las propuestas estén a la misma altura profesional del resto, como era el caso.
La actuación se dividió en dos partes, y el artista encargado de romper el hielo fue el saxofonista almeriense Pepe Viciana. Podemos hablar ya de un histórico del jazz de la tierra, músico de formación clásica que comenzó su andadura en la Banda Municipal de Almería, pero que desde bien joven sintió una especial atracción por el jazz, teniendo como referencia a otro de los pioneros de esta música en su tierra, Juan Carlos Padilla. Viciana, aun siendo un músico todo terreno y un excelente multi instrumentista, tiene especial predilección por el saxo y el clarinete y se podría decir que es todo un bopper, algo que demostró con creces la otra noche con un repertorio enteramente dedicado a Charlie Parker.
Instantes antes del comienzo de la actuación, el Concejal de Cultura del Ayuntamiento de Almería, Diego Cruz, subió al escenario para entregar a Viciana el premio 'Georgia Jazz Club en memoria a Serafín Cid’, que anda ya por su quinta edición.
El recital dio comienzo con la energía que desprende el bebop y el saxofonista empuñando el tenor atacando sin piedad tres clásicos de este estilo, “Ornithology”, “Yardbird suite” y “Confirmation”. Acto seguido, se sentó al piano para interpretar una versión de “Out of Nowhere” a ritmo de bossa nova, en la que destacó la delicada improvisación del guitarrista Jacopo Vacca. El saxo alto, muy representativo de la música de Parker, fue el protagonista de “My Little Suede Shoes”, donde el impecable acompañamiento de la sección rítmica, con Antonio Valero al contrabajo y el veterano batería Lito Vergara, llevó el tema por derroteros cercanos al latin jazz. Sin abandonar ese instrumento sonó el blues lento “Parker´s Mood”, para desembocar en la gran balada de la noche, una impecable versión de “Lover man” en la que Viciana demostró su autoridad al clarinete bajo, un instrumento difícil de dominar. Para el final se reservaban otros dos grandes estandartes del bop de los cuarenta, con la enrevesada “Donna Lee” al clarinete y, volviendo al tenor, el conocido standard “Billie´s Bounce”.
Un concierto, el del cuarteto de Pepe Viciana, que se hizo corto y que me hizo rememorar un tipo de jazz muy apegado a los clubs y que, sin duda, se disfrutaría mucho más en la cercanía de un pequeño local. Sin querer hacer apología del tabaco o el alcohol, uno se puede permitir de vez en cuando la nostalgia por esos tiempos de humo mezclado con bebidas espirituosas, que no volverán, afortunadamente para nuestra salud.
Tras un descanso de quince minutos, dio comienzo el segundo concierto de la noche, liderado por uno de los cantantes que más está sorprendiendo en estos últimos tiempos, José Luís Jaén.
Al igual que Salvador Sobral, aunque a una escala menos internacional, José Luis se ha dado a conocer para el gran público tras su participación en algunos talent show, tan de moda en las últimas décadas. Aunque ya cantaba desde mucho antes (yo mismo pude escucharle en un local que él regentaba en la localidad de El Ejido) es evidente que la popularidad le ha llegado tras su intervención en Tierra de Talento (de Canal Sur) y Cover Night (de TVE), donde llamó la atención de artistas consagrados como José Mercé, Mónica Naranjo o el ínclito Miguel Bosé. Sus músicas favoritas y hacia las que ha orientado su carrera, son los boleros, el son cubano, el tango y, en general, todas aquellas canciones donde pueda volcar sus sentimientos con vehemencia, algo que es clave en su espectáculo. Por otra parte, ha optado por rodearse de auténticos músicos de jazz, lo que otorga al resultado final un plus de calidad y le facilita tener cabida en cualquier festival de este tipo. Al fin y al cabo, continúa una tradición iniciada por artistas como Martirio y Chano Domínguez o, más recientemente, Toni Zenet, que han sabido mezclar con acierto el jazz con las coplas, el flamenco y otros géneros de la música popular española y latinoamericana.
Uno de los alicientes de este concierto era la presentación oficial del primer disco del cantante, Directo Jazz San Javier (2024), grabado en vivo este pasado verano en ese prestigioso festival murciano. Tal y como comienza ese trabajo, José Luís se presentaba en escena para, sin micrófono y a pleno pulmón, acometer un desgarrador “Puro teatro” donde deja a las claras el carácter pasional de su propuesta musical. De inmediato su banda le respaldaba con la primera copla de la noche, “Bien Pagá”. Hay que destacar la gran calidad de los músicos de su trio base: al piano, un gran especialista en flamenco jazz, Robert Chacón, que dejó varios solos de antología durante la noche; al contrabajo el cubano Reiner Elizalde ‘El Negrón’, afincado en nuestro país desde hace años y de una contrastada solvencia en el mundillo del jazz nacional; y el ceutí David León en la batería, músico versátil y técnico, que impresionó en algunas de sus intervenciones estelares.
La noche tuvo también invitados, comenzando por el saxofonista cubano Reynaldo Llerena, amigo personal del cantante y miembro de algunas de sus bandas anteriores; junto a él interpretaron la sentida balada “Me vas a echar de menos”. Continuaron con una versión muy jazzística de un tema de origen flamenco, “S.O.S”, de la cantaora y compositora Mayte Martín, antes de presentar al siguiente invitado de la noche, el guitarrista almeriense Paco Rivas. Paco es uno de los grandes referentes para cualquier músico de su tierra; lleva en esto desde la década de los ochenta del pasado siglo, y ha pasado unas cuantas décadas establecido en Madrid, tocando con todos los artistas que han querido beneficiarse de su arte. De alguien que es capaz de tocar tan ‘marciano’ como Scofield o con la exquisitez de Jim Hall, según la ocasión lo requiera, siempre se puede esperar lo mejor. En esta ocasión comenzó con una preciosa intro de guitarra que daba pie a la única interpretación en inglés de la noche, la intensa “You are so beautiful”, preciosa balada escrita por Billy Preston y popularizada por la versión de Joe Cocker, un tema que encaja a la perfección en la levemente aguardentosa voz de Jaén. Tras otra bonita intro a la guitarra de Rivas en la que evocó, a su manera, al “Fandanguillo de Almería”, llegó el turno al que ha sido single de presentación del trabajo de José Luís, un precioso bolero de Benny Moré titulado “Fiebre de ti”. Acercándose el final, le tocó el turno a los tangos, primero el de Piazolla y Goyeneche “Vuelvo al sur”, para continuar con “Garganta de Arena”, compuesta por Cacho Castaña, precedida por un impresionante solo de contrabajo de El Negrón. Acabaron en alto con un clásico de la música popular de nuestro país, “Mediterráneo”, de Joan Manuel Serrat. Bellísima la propuesta de José Luís Jaén, con una sobria puesta en escena en la que los alardes solo provienen de su prodigiosa garganta, además de la solvencia y brillantez de sus músicos, y con un repertorio elegante que, a la vez, resulta muy asequible para el gran público
Fuera de programa, y más como un improvisado fin de fiesta de esa noche de jazz tan almeriense, la banda e invitados de José Luis, a los que se sumó el saxofonista Pepe Viciana, interpretaron el standard de Horace Silver “Song for my Father”, para disfrute vocal de Diego Cruz quien, como es bien sabido, además ostentar el cargo de Concejal de Cultura de la corporación almeriense, es un conocido cantante de la tierra.
En definitiva, la cuarta jornada del festival se cerró con éxito y, aún habiendo transcurrido más de tres horas desde el comienzo de la misma, se observaba una evidente satisfacción en los rostros de todo el público asistente.