EDICIONES ANTERIORES.


2003

XIV Festival Internacional de Jazz de Almería

Del 3 al 15 de noviembre de 2003

Llegamos, posiblemente, uno de los festivales más ambiciosos esta nueva etapa, en el que se intentó —y creo que se consiguió— hacer algo serio por la cultura del jazz en nuestra ciudad, alternando todo tipo de actividades durante más de diez días. Coincidió con un cambio de signo en la corporación, pero no afectó a lo emprendido por la anterior, a la vista de los resultados.
Empezaré por lo único negativo: el uso de la antigua estación de Renfe como lugar para los conciertos locales, en el formato de jam session. Posiblemente no exista en nuestra ciudad un lugar con una peor acústica que ese precioso recinto. Afortunadamente, la ocurrencia no tuvo continuidad.
Destacamos de esta edición que se comienza con una sana costumbre: un circuito local previo en el que se cuenta con las múltiples formaciones almerienses que en aquella época ya luchaban por mostrar sus proyectos al público. Grupos como Mas Manteca, Pepe Viciana Quinteto, Blues S.A, Douce Ambiance, Sol&Do o Groove 4U.
En las conferencias, además del ya habitual Juan Claudio Cifuentes, se estrenó Santi Lardón, hablando precisamente del jazz almeriense. En el Teatro Apolo pudimos ver al trio de Malik Yakqub, al quinteto de nuestro Pepe Viciana, la fantástica banda de fusión de Mike Stern o al David Sánchez Group (con una banda en la que destacó el saxofonista Miguel Zenón). El Cervantes acogió las actividades cinematográficas, con la proyección de las películas Calle 54, La leyenda del pianista del océano y Kansas City. Y, por supuesto, el auditorio acogió los tres conciertos más potentes: La Fábrica de tonadas de Santiago Auserón, el impresionante grupo de fusión Yellowjackets y, como fin de fiesta, nada menos que el innovador trompetista Roy Hargrove, con su proyecto The RH Factor Hard Groove.
Un festival completísimo, concentrado en un par de semanas, bien compensado, y con actividades de todo tipo en diferentes escenarios. Para mi gusto, este y el anterior serían dos buenos ejemplos a seguir en cuanto a la organización de un festival de jazz ‘como Miles Davis manda’.

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